domingo, 29 de abril de 2012

Es un día maravilloso, hoy es un día particularmente bello. La juventud demócrata cristiana, tiene la necesidad de cada cierto tiempo reunirse y analizar los temas que afectan su doctrina y lanzar una declaración ideológica, y hoy ha sido un día de aquellos, jóvenes cristianos y cristianas han alzado la voz y mostrado a favor del matrimonio homosexual. Algo a simple vista como trascendental, pero riesgoso. Es vergonzoso que nuestra ley impida a chilenos y chilenas que se aman en legítimo derecho humano poder establecer una familia legal, y proteger esta misma bajo el amparo de las leyes resguardando el patrimonio obtenido durante la relación o la construcción de una familia mayor con descendencia. Pero hacer esto, dar este paso ahora, hoy en este momento (¿quedo claro?) es una irresponsabilidad. Y he aquí mi condena. No podemos pretender construir sobre arena, como los insensatos (Mateo 7:24-27) y querer un matrimonio homosexual antes de corregir una serie de trabas legales pro discriminación nos convierte en insensatos. No estoy en contra del matrimonio homosexual, pero creo que aun no es el momento social para esto, aunque sé que el tiempo apremia. En Chile existen leyes que convierten a algunos/as en sujetos/as con menos derechos que otros/as, aun aceptamos la caricatura y no sancionamos públicamente al que hace burla de la condición de otro/a, en Chile discriminamos al que habla distinto, al que vive distinto y aun más al que AMA distinto. Y eso, no cambiará sencillamente con permitir que personas del mismo sexo se unan en matrimonio. El error que observo en mis camaradas, es la declaración, decir estar a favor del matrimonio igualitario no es decir todo, yo estoy a favor del respeto de toda clase de amor, de toda clase de familia, y en nuestro espíritu humanista cristiano se hace necesario decir que todos y todas somos distintos/as, que gracias a Dios tu y yo somos distintos, amamos de manera distinta y bendita sea nuestra gracia tenemos el derecho de unirnos a quien amemos y construir familia, FAMILIA completamente, con descendencia, no con peros, no con limites, no con fronteras… que tanto tu como yo, tengamos el derecho con nuestro ser amado de hacer familia. Debemos construir sobre roca, solida y firme roca, que proteja nuestros cimientos sociales de cualquier amenaza, y sabemos que construir sobre una resistente roca requiere esfuerzo, trabajo duro y tiempo, pero nada destruirá lo que se construya sobre ella. Aplaudo a mis camaradas, pero los/as invito a trabajar más allá la simple unión igualitaria, debemos ir a la integración total y absoluta, la construcción de una patria tolerante y llena de amor y respeto por el prójimo. Este es un gran paso, pero debemos dar un gran paso sobre tierra firme, y en este momento la tierra bajo nuestros pies es arena densa y poco estable, nos estanca y complica nuestro avance, y la construcción de un nuevo Chile debe hacerse sobre roca. “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.” – Mateo 7:25-27